El inusitado sopapo que la pandemia le dio a nuestra forma de entender el mundo, hizo que muchos humanos nos planteemos la necesidad de discernir lo que es importante de lo que no lo es. Luego de más de un año de prohibiciones, cuarentenas, restricciones y encierros perimetrales, en la que algunos ya han descubierto el disfrute de hacer rutas por la naturaleza, mientras muchos otros están intentando aún abrir los ojos para ver la belleza que nos rodea y de la que olímpicamente veníamos pasando, dar un paseo por los viejos caminos y sumergirse en los variopintos tonos verdes y darse un baño sensorial en el bosque mediterráneo, es un placer que tengo la dicha de poder saborear cuando el trabajo me da cualquier tregua.
En una semiescapada de la rutina, recorrimos a medias el Camí del Cocons, antigua ruta para acceder y transportar vivieron con la ayuda de los animales entre Villalonga y Forna.












Según la descripción del cartel de señalización , los “cocons” son cavidades naturales del terreno totalmente impermeables.








