Dos telenovelas protagonizadas por la misma estrella caprichosa en apenas tres veranos es mucho, demasiado. En el verano de 2016 Neymar Jr, el 10 de la Selección brasilera, el crack del fútbol mundial que tiene todas las condiciones técnicas para agarrar el testigo que algún rato dejarán Lionel Messi y Cristiano Ronaldo como mejor jugador de fútbol del planeta, luego de muchas especulaciones y de un culebrón digno de la gran factoría de dramas producidos por la TV brasilera, después de miles “se va” o “se queda”, decidió dejar el F.C. Barcelona, donde formaba parte de un temible tridente junto a Messi y el uruguayo Luis Suárez, para aceptar la millonaria oferta del PSG y convertirse en el buque insignia del Paris Saint Germain, en reemplazo del gigante sueco Zlatan Ibrahimovic.
El fichaje tenía dos objetivos primordiales: uno personal y otro institucional. Neymar se iba a París para salir de la sombra de Messi y luchar por ser el mejor del mundo. El PSG fichaba a Neymar para dar un salto de calidad que le permitiese ser un verdadero aspirante a ganar la Champions League, porque en Francia con el plantel que tiene le sobra para ganar año tras año el título.
“Mi mamá me mima” era una de las primeras frases que enseñaron a escribir en la escuela. Más de treinta años después en mi caso el significado de la oración simple sigue totalmente vigente. Mi mamá viajó a París semanas después de que el crack sudamericano llegase a la Ciudad Luz, y cumplió con mi capricho de tener la 10 del PSG pagando un valor cercano a los 180 euros por la elástica de Ney.
Dos años después ni el PSG pudo llegar a instancias finales de la Champions (el 10 se perdió los partidos cruciales por lesiones en 207 y 2018), ni Neymar pudo crecer como futbolista y ni se acercó a ese cetro de mejor jugador del mundo, perdiéndose cerca de la mitad de partidos con su equipo y con su selección. Así que como si se tratara de la segunda parte mala del culebrón del verano de 2016, en 2019 Neymar protagonizó otra novela intentando volver al equipo en el que según él “vivió sus momentos más felices como futbolista”, pero luego de tres meses de especulaciones y tinta regada sobre el posible destino del brasileño, y del fracaso en las negociaciones entre Barcelona y PSG, finalmente tuvo que quedarse donde quienes lo vitoreaban hasta hace poco ahora lo insultan y le reprochan su falta de compromiso con el club acusándolo de mercenario.
Hasta la fecha lo de Neymar Jr en París es un fracaso, habrá que ver si en adelante y con un entorno poco favorable, o crack es capaz de cumplir los objetivos por los que fichó por el PSG y cada euro pagado por mi madre por la dichosa y carísima camiseta haya valido la pena.




