No cabe duda que el vino es una de las claves culturales de la gran mayoría de países mediterráneos. En España su valor cultural y la producción es tal que su precio es tan bajo y la oferta en góndolas de supermercados y tiendas tan alta, que cada vez los creativos y storytellers se ven obligados a presentarnos innovadoras etiquetas que claman por la moneda más importante de estos tiempos: nuestra atención.
Y es que es muy difícil pasar por alto nombres como Mala Vida, Beso De Vino o Con un Par, o detenerse en el tópico de Wine Lovers del hombre maduro, casi calvo (calvo con corona y con tres pelos cubriendo toda la azotea), gafas modelo Aviator a medio sacar, palillo de dientes entre los labios, sonrisa vacilona de costado y un prominente abdomen que se proyecta prácticamente desde el cuello y hombros. Para colmo Vino de los Amantes… Deme dos!!!





