Muchas veces uno se asusta porque con los algoritmos de los gigantes de Internet, a veces se siente que nos conocen más ellos a nosotros de lo que uno sabe de uno mismo. El algoritmo de YouTube me presentó al grupo Guardarraya y confirmó que es bastante exacto. Quedé encantado con el estilo, la música y la lírica de un grupo con el que me sentí identificado por ser capaz de combinar lo tradicional del siglo XX con el mundo y digital del siglo XXI.
En mayo de 2018 tocaron en el “Teatro Nacional Benjamín Carrión” de Loja, mi ciudad natal, en donde en ese entonces yo era docente de la Universidad pública. Gracias a la generosidad de Andrea, una de mis estudiantes de Fotografía, pude subsanar la torpeza de no preocuparme con anterioridad de conseguir unas entradas (gratuitas) que se agotaron días antes ante la demanda de un público veinteañeros que se volcó con la banda ecuatoriana que más me ha gustado en los últimos tiempos.
En una fiesta de fin de año vez un amigo armenio me pidió que ponga algo de música del Ecuador. ÉL me mostraba que en la búsqueda de Youtube cuando buscas música de Eucador los resultados arrojaban principalmente a Delfín Quizhpe o a tecnocumbieros de su estilo, yo intenté ampliar el abanico mostrándole el siguiente tema, que además me sirvió para explicar, como lo hace de manera magistral el cantautor de la banda, Álvaro Bermeo, el término ecuatoriano chuchaqui:
Pedro Camilo Monteros 