CRÓNICA: La cachaña de Alexis…

La Copa América Chile 2015 terminó con un hecho histórico y consagratorio en el que la Selección Chilena de Fútbol,  consiguió el logro más importante de su larga historia futbolística al inscribir su nombre entre los campeones del torneo de selecciones más antiguo del planeta, y lo hizo en un escenario como el Estadio Nacional de Santiago, en el que se han vivido, tomado en cuenta este 4 de julio de 2015, momentos trágicos y gloriosos de la historia chilena como Nación.

Primer festejo en conjunto entre todos los hinchas de los distintos clubes,  en la tarde  de sábado chilena seguro se abrazaron los cruzados de la Católica con los del Chuncho, y los colocolinos  con los del Palestino,  y los de Temuco con los de Iquique se abrazaron también en cualquier comuna de Santiago, los del Everton con los del Santiago Wanders  no se  habrán quedado muy atrás… Un abrazo sirvió para  que en él se fundiesen todos, rotos y pitucos; un triunfo que puso a gente en todas las regiones a delirar y cantar  hasta el amanecer del domingo en todos los espacios públicos y privados el más que clásico: ceachei, chi  chi chi,  le le le, Viva Chile… sonó de seguro hasta no poder ser más entonado por cansancio o “no va más” de las cuerdas vocales de los gritadores «shilenos».

Una final, una rivalidad futbolística clásica, también  los mismos  estúpidos de siempre que confunden el concepto patria con el concepto guerra de lado y lado, una estadística demasiada larga y nefasta por cambiar, el concepto nación unido indisoluble y  fuertemente al fútbol, el fútbol como espacio social de expresión  en ambos lados de la cordillera y a lo largo de toda Sudamérica, que disfrutamos de un espectáculo en el que el estilo no fue de defraudado ni por los encargados del libreto: los  santafesinos Sanpaoli y  Martino, quienes fueron fieles a su  idea de ser protagonistas en ofensiva permanentemente, tratando al mismo tiempo de ser impecables en defensa; ni tampoco por las estrellas de La Roja y la Albiceleste que  jugando un partido ultra hiper táctico y con movimientos defensivos de excelencia de ambas selecciones, pusieron todo lo que hay que poner, jugando 120 minutos a tope, luego de llevar en sus piernas temporadas europeas de más de 50 partidos, y cuando tuvieron que salir del campo, salieron como se sale en el barrio en una final: cabreados y a punto de agarrarte a patadas con el entrenador y toda su familia y amigos, o el que asome por ahí…

De ambas partes fue tremendo y conmovedor el esfuerzo de los intérpretes.

Nombres propios  como los Medel, Valdivia, Aranguiz, Vidal, Claudio Bravo, Marcelo Díaz, el “Gato“ Silva, el “Dr“. Jara, Eduardo Vargas, entre otros, son autores de  uno de los hitos de la República de Chile como tal, y fue Alexis, el tocopillano,  representante de la región  norteña de Antofagasta, el que se encargó de marcar un penal con una “cachaña” histórica, para desatar ese abrazo  contenido que se había resistido a aparecer durante tanto y tanto tiempo,  luego de tantos azares y tantas luchas, al fin se hizo presente.

Antes de viajar para Chile había escuchado ya la palabra “Cachaña”, la marca del visto que tiene el contrato con Conmebol, de esos que al parecer la Fiscal estadounidense Lynch se ha olvidado de investigar, utilizó el término para nombrar a  la pelota oficial con la que se jugó en la mítica competición. Al llegar a tierras araucanas me interesé por conocer  su significado. Para mi buena suerte me tropecé en una librería de la Comuna de Ñuñoa con el “Diccionario Ilustrado del Fútbol”, de los autores chilenos Francisco Mouat y “Pato”  Hidalgo,  en el que encontré el significado que buscaba:

 Luego, el penal de Alexis para definir la serie y el campeonato,  el que hizo llorar de alegría al pueblo chileno que regado a lo largo del mundo  también hoy gritó: CAMPEÓN!!! Con esa delicadeza de ejecución de penal  Alexis me ilustró los etcéteras de la definición del término  cachaña a mí, y  se lo enseñó a todo el fútbol mundial: pedazo de cachaña la de Alexis.

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